miércoles, 5 de agosto de 2009

Un día con un bandolero

Hace unos días estuve en el festival Colombia al parque. Creo recordar haberles mencionado que me gusta la música, pero en este caso iba por una razón además de la música, soy amigo de un bandolero. Pero no malentiendan, no es de los bandoleros que por desgracia abundan en las selvas de mi país, es de la clase de bandoleros que hace falta.

He presenciado un recital de aproximadamente 40 minutos de la agrupación Palos y Cuerdas y a pesar que el sonido no fue el mejor, a pesar de mi llegada tarde (ya habían tocado 2 obras cuando llegué), me he sentido extasiado al escuchar viva la música tradicional Colombiana. Y digo viva, porque pienso que algunas personas insisten en mostrarnos la música Colombiana exclusivamente como un arte de museo en el cual ves las mismas obras una y otra vez. De nuevo presto mis lineas para malinterpretaciones, no es que no disfrute la pintura, o la escultura, es solo que la música (está bien, restrinjamoslo a la música en vivo) como el teatro tienen esa característica que hacen que cada interpretación sea única.

Pero en este caso, ni siquiera me refiero solo al hecho de escucharla en vivo, gracias a músicos como mis amigos de Palos y Cuerdas, además de reinventarse en cada interpretación, la música ha venido cambiando con sus arreglos, sus ideas, sus conceptos; y en este caso con la inclusión de instrumentos conectados (finalmente ví algo del trio eléctrico que presentaron en el festival Mono Nuñez hace algún tiempo).

Escuche un par de obras que ya conocía en el formato del trio instrumental acústico (inclusive en interpretaciones de ellos mismos) y tras comprobar que la sonoridad está muy lejos de cualquier otra que hubiera escuchado antes en cualquier otro género, me dedique a disfrutar de algo que no se escucha todos los días, unos músicos apasionados por su trabajo, y poseedores de un talento, una dedicación y una capacidad de innovación que refrescan y dan aire; ya no solo a la música tradicional.

Como cierre, además escuché el trío eléctrico tocando junto al órgano Hammond del maestro Jaime LLano Gonzalez, ya no podía ser mejor. En este punto pienso que debería replantear el título, pues mi encuentro personal con el bandolero se produjo recién unos minutos después de lo que les narro, y aunque, como es usual, me dejo varias cosas para pensar, pero es hora de dejar el elogio aqui.

Como ya habrán leido, conozco a estos músicos, asi que puedo tener una visión ¨torcida¨ de la realidad, asi que escúchenlos ustedes, y juzguen:

http://www.myspace.com/palosycuerdas

Nota: Antes de recibir los tomatazos de algún lector; si, es bandolista, no bandolero.

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